Este trabajo ha permitido analizar con mucho detalle la historiografía de los hornos que actualmente contiene la popular rotonda (https://goo.gl/maps/QtNqRWP1hW7zw3To6), que provienen de los yacimientos de Camposoto y Torre Alta, y sobre todo examinar las fortalezas y debilidades del proyecto de «puesta en valor» que se llevó a cabo entre los años 2001-2003 y que incluyó la culminación de las excavaciones preventivas en la zona y la construcción de las carpas acristaladas que hoy en día son tan características del paisaje urbano de esta zona de expansión de la ciudad. El resultado de este estudio de los antecedentes es descorazonador, al constatarse que a pesar de tratarse de una iniciativa adecuada y de contar inicialmente con apoyo institucional y soporte científico, el abandono posterior de las instalaciones y la falta de interés e inversión han provocado que su impacto social sea escaso y que se ponga en riesgo la propia conservación de las estructuras. Carpas deterioradas, suciedad, plantas, grietas, cartelerías desfasadas, falta de un horario regular de visitas y otros problemas acucian al enclave patrimonial, que debería ser sin embargo una de las «joyas de la corona» de una ciudad necesitada de identidad y referentes históricos. Esta situación ha motivado que Pérez Galiano desarrolle un nuevo proyecto de musealización, sobre los cimientos del anterior, que pretende expandir y consolidar las virtudes del enclave arqueológico (que es uno de los pocos ejemplos de alfares prerromanos musealizados en el área mediterránea), actualizando formal y conceptualmente la propuesta anterior y dando paso a un modelo de gestión también más realista y acorde a las necesidades de las instalaciones. Desde el equipo del Proyecto Ergasteria deseamos que estos planes puedan algún día llevarse a efecto y sacar del estado de postración actual a los restos que inspiran nuestra propia iniciativa científica sobre los talleres alfareros protohistóricos del suroeste ibérico.